¡Ojo Autónomos/as! Este año Hacienda endurece la vigilancia inspectora
Hacienda ha publicado su nuevo Plan de Control Tributario 2024 en el que anuncia los sectores de autónomos en los que incrementará la vigilancia inspectora y las directrices que seguirá la Agencia Tributaria para perseguir las irregularidades fiscales y mejorar el cumplimiento de las obligaciones tributarias durante este año.
En primer lugar se aumenta la vigilancia sobre los nuevos modelos de negocio y la economía digital, poniendo el foco en las nuevas declaraciones de criptomonedas que se presentarán por primera vez este año con los datos de 2023.
Aunque las medidas propuestas en este plan afectan mayoritariamente a grandes empresas y patrimonios, la Agencia Tributaria tiene reservado como cada ejercicio toda una sección especial para los autónomos y pequeños negocios. La mayor novedad para este ejercicio es la creación de una campaña de avisos específica para alertar de irregularidades detectadas en las declaraciones de IRPF además de prestar especial atención a algunos sectores regentados por autónomos y pequeñas empresas que trabajan con el consumidor final, como pueden ser negocios del comercio u hostelería y a las pequeñas sociedades que declaran durante varios ejercicios bases imponibles negativas o bien aquellas que presentan poca actividad y se crean en algunas ocasiones simplemente para simular gastos y aprovechar deducciones.
Los técnicos e inspectores de Hacienda mantendrán a lo largo de 2024 presencia en aquellos sectores y modelos de negocio en los que se aprecie alto riesgo de existencia de economía sumergida, con especial atención al empleo de métodos electrónicos de pago radicados en el extranjero que eviten las obligaciones de suministro de información y al uso intensivo de efectivo por encima de los máximos admitidos por la norma, que desde 2021 son 1.000 euros en operaciones entre profesionales.
Se hará especial hincapié en aquellos autónomos y negocios que: no admitan pagos por medios bancarios; con rentas que se obtengan de entregas de bienes o prestaciones de servicios directamente realizados al consumidor final, puesto que se incrementan los riesgos y la falta de control en cuanto a las formas de pago y finalmente, con signos de patrimonio, rentabilidad de información financiera sean incoherentes o inconsistentes con respecto a las rentas declaradas.
Los colectivos más susceptibles serán los sectores con mayor uso de efectivo como el comercio, la restauración, las actividades inmobiliarias, reformas y arreglos, construcción o el sector terciario así como los negocios que declaran varios ejercicios en negativo. Por otro lado, en el marco de la economía sumergida y la ocultación de actividad también se mantendrán las entradas en domicilios sociales de negocios con la correspondiente autorización administrativa o judicial y se incidirá sobre las entidades artificialmente creadas para generar facturas falsas y sobre los bienes ocultos detrás de la actividad propia de fundaciones.
Más vale prevenir que curar. Así que si necesitas asesoramiento para evitar posibles contratiempos, no dudes en contactar con nuestro equipo especializado.
Aunque las medidas propuestas en este plan afectan mayoritariamente a grandes empresas y patrimonios, la Agencia Tributaria tiene reservado como cada ejercicio toda una sección especial para los autónomos y pequeños negocios. La mayor novedad para este ejercicio es la creación de una campaña de avisos específica para alertar de irregularidades detectadas en las declaraciones de IRPF además de prestar especial atención a algunos sectores regentados por autónomos y pequeñas empresas que trabajan con el consumidor final, como pueden ser negocios del comercio u hostelería y a las pequeñas sociedades que declaran durante varios ejercicios bases imponibles negativas o bien aquellas que presentan poca actividad y se crean en algunas ocasiones simplemente para simular gastos y aprovechar deducciones.
Los técnicos e inspectores de Hacienda mantendrán a lo largo de 2024 presencia en aquellos sectores y modelos de negocio en los que se aprecie alto riesgo de existencia de economía sumergida, con especial atención al empleo de métodos electrónicos de pago radicados en el extranjero que eviten las obligaciones de suministro de información y al uso intensivo de efectivo por encima de los máximos admitidos por la norma, que desde 2021 son 1.000 euros en operaciones entre profesionales.
Se hará especial hincapié en aquellos autónomos y negocios que: no admitan pagos por medios bancarios; con rentas que se obtengan de entregas de bienes o prestaciones de servicios directamente realizados al consumidor final, puesto que se incrementan los riesgos y la falta de control en cuanto a las formas de pago y finalmente, con signos de patrimonio, rentabilidad de información financiera sean incoherentes o inconsistentes con respecto a las rentas declaradas.
Los colectivos más susceptibles serán los sectores con mayor uso de efectivo como el comercio, la restauración, las actividades inmobiliarias, reformas y arreglos, construcción o el sector terciario así como los negocios que declaran varios ejercicios en negativo. Por otro lado, en el marco de la economía sumergida y la ocultación de actividad también se mantendrán las entradas en domicilios sociales de negocios con la correspondiente autorización administrativa o judicial y se incidirá sobre las entidades artificialmente creadas para generar facturas falsas y sobre los bienes ocultos detrás de la actividad propia de fundaciones.
Más vale prevenir que curar. Así que si necesitas asesoramiento para evitar posibles contratiempos, no dudes en contactar con nuestro equipo especializado.